Como gatos y ratones, andan por este mundo los seres humanos.
Un día, despiertan de corderos y otro, se arrancan la piel para dejar al descubierto, su temperamento de lobos.
Así conviven los mortales, se regodean de sus conocimientos y se ufanan de distinguirse del resto de los animales por su capacidad para razonar y socializar.
En cuestiones de hipocresía, el hombre gana su premio y se lleva sin dudas, el gato al agua.
Vestido y con palabras altisonantes diserta sobre temas complejos, ecuaciones matemáticas, incluso traspasa las fronteras del planeta pero no puede cruzar siquiera la línea entre ricos y pobres, blancos y negros, o musulmanes y cristianos.
De día, muchos seres humanos proclaman con emoción palabras de amistad, solidaridad, necesidad de amor, paz y libertad, mientras en la noche, conspiran para robarle la vida a miles de personas en pos de dinero, poder, comodidad, opulencia y control sobre los demás.
En la cara de la moneda se manifiestan muchos seres vivos de hoy, conquistando con palabras dulces a la mayoría de sus congéneres.
Sin embargo, en el reverso, pasan gato por libre en pequeñas cofradías avariciosas para robar, mentir, manipular y matar a la mano que les dan de comer.
En el vórtice de ese huracán de alta intensidad que azota desde hace mucho a la humanidad, vivimos los homo sapiens, a veces hacemos de gatos, y otras, nos convertimos en ratones de laboratorios.
¿NO hay mal que dure cien años?
¿Podrá aguantar la especie humana la explotación indiscriminada de sus recursos?
¿Se acerca cada día el peligro de una nueva guerra nuclear y final?
¿Podremos algún día, entre todos, darle el verdadero sentido a esta humanidad?
Afirmaciones o preguntas que aun, quedan en el tintero.
En ese empeño por coexistir transitan muchas personas, aunque esperemos, por el bien de todos, que alguien le ponga pronto, el cascabel al gato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario