sábado, 26 de abril de 2014

Catalanes en Camagüey: la Capilla de Montserrat.

POR: YORDANIS BARRERA SALAS.

Toda ciudad es una amalgama de varias culturas, de ahí que comprenderla requiera de una mirada fragmentada tras algunos de esos mosaicos que, una vez reunidos, mostrarán el todo cultural.

La presencia de catalanes en predios agramontinos podría ser un fragmento que si bien se encuentra ya en la raíz del Camagüey, cobra importancia vital en los albores del siglo XX.



De la presencia de Cataluña en el repertorio constructivo de la Ciudad de los Tinajones, la capilla de Montserrat resulta un ejemplar inestimable, de ahí la necesidad de que nos aproximemos a sus orígenes, aquellos tiempos en que la comunidad religiosa de los padres escolapios, en la Iglesia de San Francisco [Sagrado Corazón] mantenía la imagen de la Virgen de Montserrat que le habían donado las monjas ursulinas por mediación del padre Mendiola y cuya fiesta celebraban cada 27 de abril.

La idea de construir una capilla a la Virgen de Monserrat se puso de manifiesto durante  la festividad de 1944 y se hizo pública cuando el padre Evaristo Ullastre informó que Pilar Garcés de la Marcilla y su hermana Amelia, ambas de origen catalán, le habían hecho tal proposición.

Para el proyecto, el doctor Martínez de la Cruz cedió un solar de 25x60 metros, con entera disposición de aumentar el área en caso necesario, en terrenos de la Carretera Central Este entre las calles Martí y Céspedes, en el reparto Jayamá. El obispo Enrique Pérez Serantes había supervisado el espacio y dado su conformidad con beneplácito.

Al hecho de contar con el área para la construcción de la capilla se sumó un plan de acciones para su funcionamiento.

El 7 de mayo del mismo año, a las 10:00 de la mañana, se constituyó en el colegio de los escolapios una asociación bajo el nombre de “Cofradía de Nuestra Señora de Montserrat”, encargada de recaudar fondos, no solo para la construcción de la sagrario, sino también para una escuela pública nocturna y un dispensario de primeros auxilios.

Se acordó además en esa ocasión tramitar las autorizaciones pertinentes con Francisco Arredondo, alcalde municipal, al tiempo que se designó como  secretario de la asociación en la filial establecida en Cataluña, España, al padre Evaristo Ullastre Salas, y como junta directiva inicial se designó a Aurelia Garcés como presidenta; Graciela Saínz de la Peña, vice, y Nené González de Cisneros, secretaria.

El resto de los catorce cargos: tesorero y vicetesoreros quedarían en manos de María Hidalgo de Porro, el reverendo padre Evaristo Ullastre Salas y Montserrat Sureda de Pijuán, todos catalanes o descendientes directos.

La presentación de la asociación a los agramontinos se hizo pública en “El Camagüeyano”, entre las crónicas sociales del 16 de mayo de 1944 y con ello se inició la divulgación de un conjunto de acciones para recaudar fondos.

El 28 de junio de 1944 se vendieron papeletas para la proyección de los filmes “El Gran Mandamiento” y “El Idilio de un Genio”, mientras el 30 de septiembre y 1º de octubre se celebró la “Verbena Pro Ermita de Montserrat del reparto Jayamá y escuela nocturna gratuita”, en los terrenos del Club “Atlético Bernabé de Varona”.

A ellas se sumó la ceremonia en la que el obispo Enrique Pérez Serantes colocara la primera piedra de la capilla, muy próxima al altar, el 25 de diciembre de 1944, ocasión en la que el padre Borroban explicó que fue el párroco Boil, monje de Monserrat, el primer misionero de la Orden en Cuba.

Otras actividades para recoger fondos fueron: un concurso organizado por el Comité de Damas Pro Ermita de Montserrat durante los meses de noviembre y diciembre de 1945 con un reinado denominado “La flor de la Paz” en el que ocuparía el primer lugar la catalana Montserrat Valvey; una velada artística el 28 de enero de 1946 y el sorteo de un auto marca Plymouth el 25 de septiembre de 1948, donde resultó ganador el número 4409 que aún no había sido vendido.

Nuevos aportes enriquecieron la capilla por donaciones de los feligreses: Dr. Justo Lamar Roura, un púlpito; Genovevo Pérez Dámera, [Jefe Militar de Camagüey] el confesionario; Montserrat Sureda de Pijuán  un banco de madera; Oscar Saínz de la Peña, otro banco; Lucrecia B. viuda de Garcés, el cáliz: Zoila Mateo de Saínz de la Peña, la campana; Félix Rafols, un banco; Luis Loret de Mola, un banco; José Grau, reja del camarín.

Oficialmente la obra fue autorizada por Francisco Arredondo el 24 de julio de 1947. Para el proyecto se contrató al arquitecto de origen catalán Claudio J. Muns Blanchart y al maestro de obra Jaime Cruayas.

Los trabajos se realizaron a un ritmo muy lento, lo que hizo que su inauguración se demorase hasta el 23 de abril de 1950.

El padre Evaristo Ullastre Salas dejó escrita la bendición de la capilla, descripción de la que reproducimos algunos fragmentos:

Un alegre repique de campanas y disparos de voladores, anunciaban a los visitantes que se acercaba el momento.

Cerradas las puertas de la capilla, se esperó en la plazoleta  la llegada del Prelado a las 8 de la mañana y con un aplauso espontáneo del público se recibió al clero. Monseñor Carlos Ríus Anglés  bendijo el exterior de la capilla  mientras se recitaba un Miserere…

…Mons. Ríus entró a la capilla seguido por todos los feligreses mientras se seguían cantando las Letanías de los Santos. Ya bendecida la capilla, el obispo dio comienzo a la misa. La homilía estuvo a cargo del reverendo P. Evaristo Ullastre Salas, escolapio... Mons. Ríus narró la historia de la devoción de la Virgen de Montserrat...

Durante la misa actuó el coro de las niñas del Colegio Salesiano Dolores Betancourt. El obispo felicitó a todos por el éxito y auguró otros mas por el bien de la comunidad.

Ese día se acercaron a comulgar unas 50 personas, siendo el primero Delmiro Bueno, alumno del Colegio de Artes y Oficios.

Terminada la misa se cantó un Te Deum de acción de gracias. Aurelia Garcés cantó un motete a la Virgen y en la voz de un tenor catalán se escuchó el  Panis Angelicus, de C. Frank.

A las 5 de la tare se llevó a cabo la procesión de la venerada imagen de la Virgen de Montserrat por todo el reparto de Jayamá, siendo el padre salesiano Pedro Pescatore Deberni quien diera comienzo a la peregrinación con los niños de la catequesis.

También participaron los alumnos del colegio de los Escolapios, dirigido por el padre Ángel Terra, y otros cincuenta niños de la colonia infantil con su directora Antonieta López Saturaín…

La celebración fue cerrada por el padre Pescatore, que extendió una invitación a los presentes para la misa dominical a celebrarse los domingos a las nueve y media de la mañana…

Sin dudas se trató de un acto de elevado alcance, al estar animado por la banda municipal bajo la autorización y patrocinio del alcalde municipal Francisco Arredondo, quien el 15 de septiembre de 1950 exceptuó del pago de impuesto a la capilla de Montserrat según el artículo 2 de la ley de impuesto local.

La primera boda realizada en la ermita se celebró el 23 de septiembre de 1950, siendo los contrayentes  Emma Garcés de la Marcilla y Agramonte y Alejandro Bacelar Díaz. Como notario público actuó el Dr. Luis R. Salas Céspedes. La ceremonia religiosa estuvo presidida por el padre Evaristo Ullastre Salas y el párroco de la Caridad Salvador Herrera Font.

Los catalanes legaron a Camagüey uno de los más bellos ejemplos de arquitectura neocolonial agramontina, sin dudas un hermoso hito dentro del recorrido de la Carretera Central Este.

Para algunos resulta el edificio que recibe y despide a los visitantes de la ciudad de Camagüey desde el oriente cubano, para otros, es el centro de reunión para celebrar a la Virgen de Montserrat cada 27 de abril.

Quizás el tiempo haya dejado atrás la presencia de auténticos catalanes en estas fiestas, pero sus descendientes van allí como respetuoso homenaje a la patrona de una tierra madre que, aunque distante, abriga a sus hijos.

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