POR REINIER SÁNCHEZ JACOMINO.
Las recientes revelaciones por parte del Tottenham Hotspuror sitúan a Gareth Bale como el jugador más caro de la historia del fútbol.
El presunto pago del Real Madrid de 101,5 millones de euros por el joven galés, destrona los 94 millones abonados por la propia entidad al Manchester United a raíz de la adquisición del delantero portugués Cristiano Ronaldo.
El anuncio atrajo la atención mediática por entrar además en contradicciones con lo anunciado por Florentino Pérez, presidente del equipo merengue y provocó a su vez un avalancha de críticas por las exorbitantes sumas pactadas en tiempos de estrecheces económicas y bolsillo flacos.
Según los datos publicados no caben dudas, el Real Madrid resulta una entidad rentable, no por gusto a pesar de los descalabros en el orden deportivo, Florentino se mantiene en la directiva del club, gracias a las jugosas entradas monetarias logradas en los últimos años.
Recuerden que el Madrid acapara el 50 por ciento de los ingresos en publicidad de todos sus jugadores, unido a los convenios millonarios con mega-compañías, juegos amistosos y la parte del pastel económico que recibe por las ganancias en materia de televisión.
Sin dudas, Florentino es un negociante, una persona que le saca el jugo financiero al club y pienso que en el caso de Gareth Bale, aún cuando no funcione con Cristiano o no consiga con sus goles la décima Champion League, este empresario tiene un plan bajo la manga para sacarle provechosas ganancias al galés.
Ninguno de estos argumentos justifica tan alocada contratación, un monto que revienta el mercado e infla aún más los precios de algunos deportistas en tiempos de crisis, un mal precedente para el futuro de este deporte que cada día abre la brecha entre una pequeña élite de equipos y la mayoría de los elencos del orbe.
Podemos decir que Bale es mejor que Zidane, Messi, Ronaldo o Ronaldiho, creo que no.
Considero que esta elevada contratación se debe en primer lugar a la impotencia de Florentino tras perder a Neymar en su pulso con el Barcelona, a la necesidad de dar un golpe de efecto ante su afición pues no había podido traer al club a uno de sus acostumbrados galácticos y finalmente por las cualidades futbolística de Gareth: joven, talentoso y con larga proyección.
Ojala que se olviden estos alocados precios en futuras contrataciones de deportistas y llegue a buen puerto esta huracana travesía de Florentino Pérez, por el bien del jugador y por el espectáculo de la Liga Española, querida por muchos en todas partes del mundo.
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