Desde hace unos meses presta sus servicios en la céntrica calle “República” de esta Ciudad de los Tinajones el centro gastronómico y recreativo denominado: " El Rincón del Caballero".
La idea embrionaria, lo confieso, atrajo la atención de no pocos lugareños, pues invitaba de antemano a homenajear en vida, desde un espacio peculiar, la trayectoria artística de Adalberto Álvarez, hijo ilustre del territorio camagüeyano.
Un justo reclamo del pueblo para quien ha dejado siempre galante y preocupado, un importante legado en la cultura de esta vetusta dama legendaria que se apresta a cumplir en febrero de 2014, sus 500 cumpleaños.
A raíz del nombre del proyecto, un gancho comercial a mi juicio, pensé primeramente en un espacio mucho más amplio, donde pudiera el Caballero del Son compartir consigo mismo y con su gente, al interpretar algunas de sus canciones en un recinto de mayor intimidad.
Soñé también con un local, ataviado de forma armónica y original, de múltiples objetos personales, instrumentos musicales, partituras, fotos y otras iniciativas, que instruyeran a los visitantes sobre la herencia familiar y la obra del autor de temas como: “Tu fiel trovador” o “Y que tu quieres que te den”…

Sin embargo, la dura realidad me trajo al mundo de los mortales, para caer de súbito en un recinto que desentona con el nombre del lugar, pues sus propósitos en nada buscar homenajear al hijo de Rosa Zayas.
Restaurante con más de los mismo, precios en moneda convertible, un tienda de tabacos y bisuterías, salón de protocolo, algunas fotos de Adalberto y sonido melódico pero estridente del grupo Musicora, se alejan de los senderos de hacer de este local, el Rincón de Caballero.
Tendremos los agramontinos que esperar entonces, por nuevas ideas ingeniosas que realmente contribuyan a homenajear en vida, a uno de los mayores exponentes de la música cubana.
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